23 de enero de 2011

La casa de la abuela.

El día de ayer festejamos el cumpleaños 83 de mi abuelo, Don José. La familia se reunió en la casa de la abuela para comer pozole y platicar. Nosotros aprovechamos para presentar a los jaquequis de pan de vainilla con royal icing o fondant. Los comentarios no se hicieron esperar, el delicioso sabor de Jaquequis maravilló a todos. Aquí publicamos una foto que queremos compartir, junto con una historia muy especial. 

Mi abuela es una persona peculiar, franca, sincera y bilingüe. Doña Consuelo nació en 1930, luego de algunos años de experiencias pos-revolucionarias conoció a mi abuelo, se enamoraron y quedaron embarazados. Las necesidades económicas de la época los obligaron a emigrar  a los Estados Unidos de mojados. Decidieron irse a trabajar en un campo agrícola, en la pizca. Mi abuela, quien siempre ha sido muy valiente y entrona, cruzó nadando el Río Bravo con una criatura en el vientre. Estando del otro lado, no hubo otra opción mas que trabajar duro en la labor. Luego del nacimiento de mi tío en tierras yanquis, mis abuelos volvieron a Monterrey. Desde esa primera experiencia, mi abuela ha viajado en muchas ocasiones al vecino país del norte, ya sea por trabajo, de compras o a visitar a Lupe y Chole, sus hermanas. Es natural pensar que mi abuela, luego de tanto ir a Gringolandia domine la lengua anglosajona. Un día, ya con muchos nietos en su lista, quiso hacernos hot cakes, al momento de invitarnos ella dijo: "Quieren unos jaquequis?". Obviamente las risas no se hicieron esperar. Este es el motivo por el que nosotros adoptamos ese nombre, no hacemos hot cakes, pero no imagino a mi abuela utilizando otra palabra para preguntarnos si hacemos cupcakes. 


Para conocer las fotos que hicimos de los jaquequis, da click aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agrega una pizca de canela